Yacimiento de huellas de dinosaurios de la playa de La Griega

Yacimiento de huellas de dinosaurios de la playa de La Griega

Las mayores huellas de dinosaurios del mundo, en el Jurásico, se encuentran en el yacimiento de la playa de La Griega y corresponden a un saurópodo.

 

El yacimiento pertenece a la de­nominada “Costa de los Dinosaurios”, tramo del litoral que discurre entre Gijón y Riba­desella. Las rocas que afloran en este sector son del periodo Jurásico, comprendido entre los 201 y los 145 millones de años. La pla­ya de La Griega se encuentra a unos 2 km de Colunga y del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA).

La parte del acantilado en donde aparecen las huellas fósiles o icnitas está cons­tituida mayoritariamente por margas y calizas grises, junto con algunos niveles de areniscas. Los antiguos sedimentos que hoy forman estas rocas, se depositaron en un mar interior sin apenas mareas, protegido del océano abierto por un umbral que impedía la entrada de fuerte oleaje, excepto en épocas de temporal, y por cuya costa se desplazaban los dinosaurios.

 

Yacimientos La Griega

 

Las icnitas se conservan como depresiones dejadas por los pies y/o manos de los dinosaurios en el fango del fondo de una laguna costera.

El acceso al yacimiento puede realizarse tanto por la playa como por la senda señalizada que la bordea en su margen derecho, permitiendo esta última su visita incluso en marea alta. A unos 600 m del panel expli­cativo localizado al lado del puente que cruza la ría, en la superficie de un estrato gris, suavemente inclinado hacia el mar, se encuentran varias depresiones enormes, de hasta 1,25 m de diámetro, con un reborde periférico abultado. Se trata del rastro de un di­nosaurio saurópodo constituido por 6 icnitas, cuatro de pies (subcircu­lares) y dos de manos (en forma de media luna). Por sus dimensiones se pueden considerar las mayores del mundo para el periodo Jurásico.

 

 

En la misma superficie se observa otro rastro producido por un estegosaurio, de tamaño mucho más pequeño, constituido por 8 icnitas. Una de ellas, la señalizada con un asterisco azul, fue interpretada por unos investiga­dores alemanes en 1984 como tridáctila perteneciente a un dinosaurio terópodo; posteriormente se ha visto que forma parte del rastro de estegosaurio y que los supuestos dedos eran en realidad grietas que se formaron posteriormente.

Ambos dinosaurios se desplazaban por una laguna de poca profundi­dad y de agua dulce, tal como indican los diminutos fósiles de gasteró­podos (caracoles) que vivían en la misma.

Unos 50 cm por debajo, aparece otra superficie con diversas icnitas tridáctilas aisladas orientadas en distintas direcciones pertenecientes a dinosaurios terópodos de tamaño medio. Dos de las huellas presentan una estructura alargada por detrás de los dedos que corresponde a la impresión del talón de estos dinosaurios, indicando que se encontraba en una posición de reposo.

 

 

Unos 30 m más allá, se observan las huellas fosilizadas de raíces verti­cales de antiguos suelos, fácilmente reconocibles al estar rodeadas por un halo de color verde pálido que destaca sobre el fondo rojizo de la roca de arenisca que las alberga.

 

 

Los acantilados comprendidos entre las playas de Lastres y la de La Griega proporcionaron además numerosos fósiles de cocodrilos, tortugas y peces.