El asturcón, marca de identidad de la Sierra del Sueve, es una raza de poni autóctono que apenas supera 1,20 metros de altura y tiene su origen en los celtas, que consiguieron domesticar los caballos salvajes de pequeño tamaño que poblaban estos territorios desde tiempos prehistóricos.
De aspecto robusto, con patas cortas y fuertes, cuello corto y pecho poderoso, su morfología le hace estar muy bien adaptado a la vida en el monte, aprovechando pastos que otros herbívoros no comen. Su vida en el Sueve es de semilibertad, no se estabulan pero se mantienen controlados y los potros nacidos se marcan cada otoño, con símbolos específicos de cada ganadería.
El asturcón estuvo a punto de desaparecer durante el pasado siglo pero, gracias al esfuerzo de una Asociación Conservadora de Asturcones del Sueve (ACAS), se ha logrado recuperar estando incluida entre las “razas ganaderas de fomento y protección especial”. Su recuperación comenzó con menos de 20 ejemplares y hoy en día para preservar la raza, se lleva un control de la pureza de los potros.
La tradición cultural vinculada al asturcón se hace visible en la popular Fiesta del Asturcón, declarada de Interés Turístico Nacional, que se celebra en agosto en la Majada de Espineres, en el colindante municipio de Piloña, y a la que acuden vecinos de todos los concejos del Sueve demostraciones de doma y marcaje de potros asturcones.
Fotografía de cabecera: Asturcones (© Félix Castañón)