Capilla del Buen Suceso

Es la ermita más antigua de Llastres, construida en el siglo XVI en el corazón del barrio de Los Balleneros, a cargo de la antigua cofradía de pescadores como fruto de las promesas realizadas en ésta época.

 

Antiguamente muchos pescadores se encomendaban a la Virgen del Buen Suceso cuando bajaban por las madrugadas hacia el mar por la parte vieja del pueblo, debido a la buena suerte y el amparo que sentían bajo su protección. Encima de ella se encuentra la vivienda de La Campanera, persona encargada, en una costumbre hoy ya desaparecida, de tocar la campana de la capilla diariamente a las ocho de las tarde para llamar a oración por las ánimas benditas del purgatorio. Según el número de campanadas y la forma de repicar, los vecinos sabían además si había muerto alguien en el puerto, distinguiendo incluso por el repicar si era un hombre, una mujer o un niño. Esta campana era tocada además de forma excepcional cuando ocurría algún percance en el puerto y era necesario la ayuda de cuantos vecinos del pueblo pudieran acudir.